Ir al contenido principal

Los representantes diplomáticos de la Santa Sede en Costa Rica y su actuar en medio de las celebraciones de la independencia 1908-1921

En el año de 1908, por disposición de la Santa Sede y aceptación del gobierno de Costa Rica se creó en el país la Delegación Apostólica para Centroamérica, siendo el primer Delegado Mons. Giovanni Cagliero. En el año de 1915 la curia romana tomó la determinación que dicho sitio sea la Internunciatura para Costa Rica, Nicaragua y Honduras, Delegación Apostólica para El Salvador y que Mons. Giovani Marenco procurara ser reconocido como enviado diplomático por la Santa Sede ante el gobierno de Guatemala. 

Dentro de las prerrogativas que tenía el representante papal en estas tierras, era el de ser el Decano del cuerpo diplomático. Dentro de sus responsabilidades estaban el hablar cuando los diferentes diplomáticos residentes en el país se reunían con el presidente. También, era el encargo de comunicarle al resto de representantes extranjeros el horario y día de las reuniones con el poder ejecutivo de Costa Rica. Sin olvidar que, de una u otra manera, debía fortalecer los lazos diplomáticos entre la Santa Sede y la república, por lo que la fecha de la independencia fue una excelente oportunidad para realizarlo.  

La Santa Sede respaldó la fiesta del 15 de septiembre de diferentes maneras. Particularmente, envió sus felicitaciones y la enhorabuena mediante dos actos: el menos usual era una carta llegada desde Roma, pero la más recurrente fue un saludo por parte del representante pontificio en estas tierras. Por ejemplo, el 14 de septiembre de 1910, Mons. Juan Cagliero, Delegado Apostólico para Costa Rica, Nicaragua y Honduras, desde Guatemala escribió un telegrama al presidente del país, Ricardo Jiménez, en el cual le externaba “al simpático y progresista pueblo costarricense los votos más ardientes de felicidad en el día solemne del aniversario de la Independencia de la Patria”.

Un ejemplo del papel como decano del cuerpo diplomática que debía desarrollar el enviado papal fue el comunicarle a sus colegas lo que el despacho de Relaciones Exteriores le envió a Mons. Marenco en 1920, en el cual se le indica que comunicará a los miembros del cuerpo diplomático acreditados en el país “que con motivo del IC aniversario de la Independencia Nacional, el señor Presidente de la República don Julio Acosta recibirá al Cuerpo Diplomático el próximo 15 de setiembre, a las 4 p.m. en la Casa Presidencial”. Acto seguido, el internuncio lo comunicó a sus colegas diplomáticos.

En estos actos de felicitación al presidente del país como representante de toda la nación, quien tomaba la palabra para externar unas ideas sobre el tema, era el Internuncio por su rol de decano. En torno al centenario, Mons. Marenco primero expresó que dejaba claro que hablaba como miembro del cuerpo diplomático del país, pero esto no lo eximía de su rol de representante papal. En un segundo momento, indicó que “un siglo ha trascurrido desde el día en que, después de las incertidumbres tan naturales en los principios de la vida de una Nación que nace a la independencia”, Costa Rica se ha caracterizado por transitar:

“un camino ascensional progresístico en el desarrollo de la vida de la nueva Nación, cuya más obvia razón y explicación ha de hallarse en la iluminada y presurosa actividad de sus hombres más ilustres, en la virtud y en el ardiente amor a la Patria de todos sus hijos”.

A la vez, no dejó pasar la oportunidad para indicar un aspecto que la jerarquía católica reiteraba: el vínculo de Dios y la historia patria. Para el Internuncio, y acá se ve su rol de enviado del papa, Dios fue el que permitió el avance que ha tenido Costa Rica entre las naciones. Para ser preciso Mons. Marenco indicó: “Dios, bajo cuya invocación comenzó esta República su nueva vida, bendiga y fecundice nuestros augurios para que la pequeña República de Costa Rica se destaque en el mundo por su grandeza moral; de manera que cada conmemoración de aniversario de esta gloriosa fecha, señale una etapa más adelante en la senda sí bien ardua, siempre radiante del progreso moral y material”.

Con este argumento expuesto por el internuncio, el cual fue idéntico a lo que indicaba en su momento el arzobispo de San José, se nota un aspecto fundamental en las relaciones que deseaba la jerarquía católica en torno a esta fecha. Su deseo era “utilizar” la fecha del 15 de septiembre para invocar la unión entre poderes, pero, a la vez, la armonía entre ambos. Fuera quien fuera, dentro de los ministros ordenados del credo católico, la gran mayoría vio en esa fecha un momento preciso para recordar un aspecto álgido para ellos, que era el actuar de Dios en la historia para el bien de los pueblos; esto, de manera automática, generaba la defensa y permanencia de la unión entre la jerarquía católica y los gobernantes. Por ello, este argumento fue tan importante para las autoridades eclesiásticas, pues en la eucaristía o en el Te Deum, como parte de los ritos de acción de gracias, era el modo en el que la Iglesia externaba su gozo y daba a Dios gracias por lo concedido, en este caso la independencia y el “progreso” que obtenía Costa Rica con el pasar de los años.

Por ende, y como síntesis, el mensaje que enviaba la jerarquía católica, tanto a sus fieles como a las autoridades civiles, fue que la fiesta nacional del 15 de septiembre era una fecha de celebración. Pero sin olvidar el vínculo con la fe y su Dios, pues este último era el que había permitido, mediante la sabiduría que entregaba a los hombres el desarrollo material, intelectual y demás de la nación. Pues era este mismo Dios el que había actuado mediante estos hombres propiciando la independencia y defendiéndola en los casos en que fue requerido.


Mariana Blanco Ortiz y José Aurelio Sandí Morales

Universidad Nacional


Comentarios

Artículos más leídos durante el último mes

Reseña del primer libro de bautismos de Cartago

El libro número 1 de bautismos de la parroquia de Cartago (inicialmente Santiago Apóstol, desde 1925 Nuestra Señora del Carmen y desde 2005 catedral de la nueva diócesis) es actualmente un libro de 141 folios, conservado en el Archivo Histórico Arquidiocesano, que contiene los bautismos administrados por los curas de la Parroquia de Santiago Apóstol de la ciudad de Cartago, o por sacerdotes delegados, entre 1594 y 1680. Pero esta sencilla descripción es, en realidad, un tanto engañosa, pues el libro en su estado actual encierra una cierta complejidad que conviene desentrañar hasta donde sea posible, para poder comprender y valorar la información que el libro nos proporciona. Lo primero es hacer un repaso de su larga historia . Los documentos que hoy componen este libro debieron de permanecer en la parroquia de Cartago hasta 1850. Ese año, el archivo de la antigua vicaría de Cartago, que había dejado de existir al crearse ese mismo año la Diócesis de San José de Costa Rica, fueron ent...

Dr. Víctor Sanabria Martínez (1898-1952)

    1.      El hombre     1-1. Víctor Sanabria Martínez, nació el 17 de enero de 1898 en San Rafael de Oreamuno (provincia de Cartago), en el lugar popularmente llamado “Choruca”. Sus padres eran dos acomodados campesinos: don Zenón Sanabria Quirós y doña Juana Martínez Brenes.    Cartago fue la capital de la provincia durante el periodo colonial. Se caracterizó por su gente muy política y muy católica. Ha sido por muchos años cuna de las vocaciones sacerdotales y religiosas. Dentro de este ambiente campesino, de la lucha diaria de la tierra y las brisas del Volcán Irazú, va creciendo el último retoño de la familia Sanabria Martínez. En su pueblo natal hace sus estudios primarios, pasando luego al Colegio Seminario, regentado por los padres paules alemanes. Finalizando la secundaria, en 1912, hace la petición formal a Mons. Juan Gaspar Storck, C.M.,   III Obispo de San José de Costa Rica,   para ingresa...

Parroquia San Juan Bautista, Tibás, San José

En este año la parroquia San Juan Bautista de Tibás está cumpliendo 150 años de fundación de la parroquia , hecho acaecido el 2 de enero de 1865 y por la tanto un motivo de alegría, regocijo y que nutre y vigoriza la sociabilidad , las estructuras comunales y su identidad,  antes  pueblerina y hoy pujante cantón alrededor de su templo parroquial. La población del Murciélago se encuentra ubicado en actual distrito San Juan, cantón de Tibás. Tuvo su primera ermita en 1837 , previa solicitud y financiamiento de vecinos del lugar (Campos Ramírez, 2014, P.128). Desde esa fecha se estableció la Ayuda de Parroquia que abarcaba las poblaciones de Uruca, San Vicente y San Isidro, entre otras (Campos Ramírez, 2014, P.133). En 1852, los vecinos de San Juan del Murciélago solicitaron la creacción de la parroquia, sin embargo, esa petición fue denegada. Finalmente, mediante un movimiento de las fuerzas vivas de ese lugar, firmas de vecinos y estudio de las autoridades eclesiástica...

Los pleitos de hidalguía y su interés genealógico e histórico

Los pleitos de hidalguía constituyen una serie documental producida por las Reales Audiencias y Chancillerías de Valladolid y Granada (España) durante la Edad Moderna, derivada de la necesidad en que se vieron muchas personas en la Corona de Castilla de demostrar su pertenencia al estamento nobiliario (como hidalgos, es decir, nobleza no titulada). En su pretensión por demostrar tal estatuto privilegiado, promovieron procesos judiciales en los que aportaron abundante información sobre sus antecesores. Los expedientes resultantes de estos procesos se conservan hoy en los archivos de las citadas reales chancillerías y, además, pueden ser consultados por Internet, tanto en FamilySearch , como en el Portal de Archivos Españoles (PARES) , en éste último portal solo los pleitos conservados en el Archivo de la Real Chancillería de Valladolid. Página de uno de los más de 40 000 expedientes conservados en el Archivo de la Real Chancillería de Valladolid (ES.47186.ARCHV//SALA DE HIJOSDALGO,CAJA...

Órdenes religiosas en Costa Rica

Por su utilidad e interés, ponemos a disposición de nuestros lectores dos recientes trabajos Óscar Lobo Oconitrillo, colaborador de éste blog, en los que traza una reseña de las distintas órdenes religiosas masculinas y femeninas que se han asentado en Costa Rica desde la erección de la Diócesis de San José en 1850 hasta la actualidad: Los religiosos en Costa Rica . Las religiosas en Costa Rica .