Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de abril, 2021

A propósito de los 100 años de la Provincia Eclesiástica de Costa Rica (VI): Las explicaciones políticas y diplomáticas de su origen

La participación del Estado costarricense en la elección de los nuevos obispos y hasta en la división territorial de la Provincia Eclesiástica del país respondía a las buenas relaciones entre en la Santa Sede y Costa Rica . Lo cual es inobjetable y las fuentes lo confirmaron. Sin temor a equivocación y en términos diplomáticos se puede decir que la Santa Sede le “debía” un favor a Costa Rica. País que le abrió de par en par las puertas para establecer en su territorio una sede para sus representantes en el Istmo centroamericano. Esto le permitió a Roma crear relaciones no solo diplomáticas y religiosas, sino también conocer qué sucedía en diversos ámbitos en la región, gracias a los informes que realizaban sus delegados.  Tampoco se debe olvidar la escogencia de Costa Rica como sede para los enviados papales a Centroamérica, pues esto fue también un espaldarazo de Roma al país, ya que con esa confianza demostró que esta nación era un lugar “tranquilo y civilizado”, donde los delegados

A propósito de los 100 años de la Provincia Eclesiástica de Costa Rica (V): Las ventajas de tener un enviado apostólico en estas tierras

En la entrega anterior se llegó hasta la inesperada muerte de Mons. Stork. La cual vino a cambiar toda la situación y los planes elaborados por Mons. Marenco, pues luego de conocer la noticia del deceso del Ordinario de San José el gobierno del país cambió de opinión en su apoyo irrestricto a la creación de la Provincia Eclesiástica, como se verá a continuación.  En un documento titulado como “Confidencial”, Alejandro Alvarado Quirós, ministro de Relaciones Exteriores de Costa Rica, le escribió el 8 de enero de 1921 a Mons. Marenco para indicarle que, a causa de la muerte de Mons. Stork, en el gobierno civil  “ya no vemos la urgencia de ella [la división], y en este momento en que está abierta la sucesión del Obispado, sería hasta cierto punto contraproducente para la tranquilidad de los círculos católicos, aumentar con nuevas candidaturas la división entre el clero y dar incentivo a las ambiciones, que son humanas y explicables aun entre sacerdotes”.  Aun, el mismo Alvarado Quirós pro