Recientemente se han restaurado los retratos de tres antiguos obispos de la Diócesis de Nicaragua y Costa Rica, pertenecientes a la colección de pinturas custodiada en el Archivo Histórico Arquidiocesano, como parte del proyecto de restauración que viene desarrollando desde hace años la Vicaría Episcopal de Pastoral Litúrgica de la Curia Metropolitana. De esta colección ya hemos hablado en ocasiones anteriores.
Los retratos ahora restaurados son de los obispos Fray Antonio de Valdivieso, Fray Fernando de Menavia y Monge y Fray Alonso Bravo de Laguna. Merece la pena dar una breve reseña de ellos, a partir de lo expuesto por Mons. Sanabria en su "Episcopologio de la Diócesis de Nicaragua y Costa Rica, 1531-1850" (publicado en 1943 y reeditado recientemente por el Instituto Arquidiocesano de Investigaciones Históricas).
El primero de ellos, Fray Antonio de Valdivieso, dominico natural de Villa Hermosa, en el Arzobispado de Burgos, España, fue consagrado en 1545 en Honduras por Fray Bartolomé de las Casas y por el obispo de Honduras. Se le considera el primer obispo de Nicaragua y Costa Rica pues en ese año se le encargó el cuidado pastoral de la provincia de Cartago. A consecuencia de sus dificultades con el Gobernador de Nicaragua fue asesinado a puñaladas en 1549. De este prelado se han publicado dos biografías de autores dominicos: "Fray Antonio de Valdivieso O.P. Obispo mártir de Nicaragua (1544-1550)", de José Álvarez Lobo; y "Monseñor Antonio de Valdivieso: Rasgos para el episcopado latinoamericano", de Gustavo Adolfo Villalobos Brilla (Managua, 2004). Estas obras, junto con las de Mons. Sanabria que hacen igualmente referencia a Fray Antonio Valdivieso, se encuentran en nuestra biblioteca a disposición de los interesados.
Retrato de Fray Antonio de Valdivieso, Obispo de Nicaragua y Costa Rica |
De Fray Fernando de Menavia es poco lo que puede decirse. Según Monseñor Thiel tomó posesión del obispado en 1574, falleciendo poco después de su llegada a León. Otros autores opinan de forma similar, aunque con algunas diferencias en las fechas. Según Mons. Sanabria, Fray Fernando de Menavia no existió.
Finalmente, Alonso Bravo de Laguna, franciscano nacido en Tepeaca, México, fue nombrado obispo de Nicaragua y Costa Rica en 1670, consagrándose en Guatemala al año siguiente. Murió en Cartago en 1674 mientras practicaba la visita canónica, siendo enterrado en la iglesia parroquial de esa ciudad. Mons. Sanabria le dedicó un breve artículo publicado en el Mensajero del Clero en 1930 y posteriormente reeditado por el Instituto Arquidiocesano de Investigaciones Históricas.
Las obras restauradas están ya expuestas junto con los demás retratos de la misma serie de obispos de Nicaragua y Costa Rica y pueden ser visitados por los interesados previa cita.
Pablo Durand Baquerizo
Jefe Archivo Histórico Arquidiocesano
Curia Metropolitana de San José
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