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Restauración del Libro de Defunciones de la Campaña Nacional (1856-1857)


Dentro del acervo documental del Archivo Histórico Arquidiocesano destaca por su singularidad el llamado Libro de Defunciones de la Campaña Nacional (1856-1857), libro que se encontraba en mal estado de conservación y que afortunadamente ha podido ser restaurado durante el segundo semestre de este año 2014. La restauración ha sido realizada en el Departamento de Conservación del Archivo Nacional de Costa Rica por Marvin Chinchilla Morales, funcionario del Archivo Histórico Arquidiocesano, bajo la supervisión de aquel departamento y especialmente de su funcionario Carlos Pachecho Ureña.

Este libro de defunciones fue redactado con ocasión de la guerra contra los filibusteros por iniciativa del Presbítero Francisco Calvo, capellán del ejército en aquella coyuntura. En él están consignados los nombres, lugares de origen y causa del fallecimiento de los hombres que participaron en la guerra por el bando costarricense, así como su estado civil y el nombre de sus esposas. Está estructurado en dos partes (o "libros"), el primero abarca los fallecidos en la campaña de 1856, consta de 60 folios y 663 asientos de defunciones; el segundo abarca los fallecidos en la segunda campaña, consta de 24 folios y 281 asientos. Cada libro tiene foliación y numeración de asientos independientes, pero posteriormente se le añadió al segundo libro una foliación correlativa a la del primero, desde el folio 61 al 84.
Folio 20 del Libro de Defunciones de la
Campaña Nacional (1856-1857)

Físicamente es un cuaderno de 17 cm. de ancho por 41 de largo y 84 folios en la actualidad. Eladio Pardo, en su folleto "Juan Santamaría y el Libro de Defunciones de la Campaña Nacional", publicado en 1926, describe este libro de defunciones como "un libro corriente de contabilidad", que en esa fecha constaba de 92 hojas, con foliación independiente para cada libro: 60 folios el primero y 32 el segundo, estando en blanco del folio 25 hasta el final del segundo libro (página 8 del mencionado folleto). Conservaba entonces su encuadernación, aunque despegada, y tenía tres hojas sueltas (nota 1 de la página 12).
El deterioro del libro debió de acentuarse con posterioridad al estudio realizado por Eladio Prado. Lo cierto es que antes de su reciente intervención se encontraba sin su encuadernación original (y sin los folios en blanco del final), completamente desencuadernado, afectado por algunas roturas, restos de cinta adhesiva y sobre todo por la acidez del papel, problemas que han sido todos ellos abordados en la restauración de forma más que satisfactoria. El trabajo de restauración se ha completado con la digitalización del libro, lo que nos va a permitir dar una mayor difusión al libro, al mismo tiempo que restringimos su consulta directa para favorecer su conservación para las futuras generaciones.

Nueva encuadernación del Libro
de Defunciones de la Campaña Nacional

Para saber más sobre este libro de defunciones puede consultarse el mencionado estudio de Eladio Prado, así como los artículos de Monseñor Víctor Sanabria, II Arzobispo de San José, aparecidos en la Revista de Costa Rica ("Los muertos en el combate naval del 22 de noviembre de 1856", 1929) y el Mensajero del Clero ("Una relación de la batalla de Rivas", 1930; y "Los muertos de la Campaña Nacional de 1856-1857", 1932) y posteriormente publicados en "Estudios historiográficos de Monseñor Víctor Manuel Sanabria Martínez" por los presbíteros Miguel Picado Gatjens y José Alberto Quirós Castro (EUNED, 2006). En el último de los artículos citados, Mons. Sanabria publicó la transcripción íntegra del libro de defunciones.



Pablo Durand Baquerizo
Jefe Archivo Histórico Arquidiocesano 

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