Ir al contenido principal

La fiesta nacional del 15 de setiembre en las publicaciones de la Curia de San José, 1883-1900

Las últimas dos décadas del siglo XIX en Costa Rica, estuvieron marcadas por un periodo de confrontaciones fuertes entre las autoridades eclesiásticas y el gobierno costarricense. Esto debido a acciones políticas que la cúpula de la Iglesia católica consideró un intento de distanciamiento entre ambas instituciones, así como un alejamiento de la sociedad respecto de la fe católica. Ante este panorama, la jerarquía de la Iglesia llevó a cabo acciones con la intención de detener estos procesos, y, por ende, no dudó en resaltar la importancia de la Iglesia católica en general en la construcción de una identidad costarricense. Como parte de las acciones se realizaron publicaciones en periódicos controlados por la jerarquía católica: El Eco Católico y La Unión Católica. Estas publicaciones representaron la posición de este grupo sobre la necesidad de preservar la unión entre las autoridades eclesiásticas y civiles, prueba de ello fueron las críticas a la exclusión de la participación de los religiosos de las actividades de conmemoración de la independencia. La posición de la jerarquía católica sobre el carácter festivo del 15 de septiembre resaltó la necesidad de involucrar a las autoridades católicas en los eventos conmemorativos y la utilización de referencias religiosas en las celebraciones. 

Esta posición de la cúpula católica se evidenció en la exaltación de la presencia de figuras católicas en los actos de celebración patria. En un escrito de El Eco Católico del 22 de septiembre de 1900 se recalcó la participación de Sor Gutiérrez, Hermana de la Caridad y Superiora del Hospicio de Huérfanos. Esta presencia incluyó también la de un niño y una niña huérfanos, cuya aparición en los festejos fue mencionado por la redacción del periódico como una acción conmovedora y tierna al ser estos niños los que recibían las donaciones para el Hospicio, así como una representación de la unión entre el amor a la patria y el amor cristiano. Tal y como lo demuestra el siguiente fragmento: 

    "¡Benditos sean esos dos sentimientos que jamás pueden separarse sin destruirse: Religión y Patria! Ellos sólo hacen incubar y desarrollarse en el alma el heroísmo generoso, que ha formado las verdaderas epopeyas de las naciones cristianas" (El Eco Católico, 22 de setiembre de 1900, p. 267).

La jerarquía católica consideró que las acciones gubernamentales tenían como objetivo su exclusión de la esfera pública, y limitar su participación en la vida cotidiana del costarricense, lo que generaría la pérdida de poder frente a las autoridades civiles. Este malestar de la cúpula católica se evidenció no solo sobre la exclusión del clero de los actos, sino también por la modificación de las celebraciones de la independencia. Un ejemplo de estos reclamos fue la respuesta a la eliminación del canto del Te Deum y la eucaristía en los festejos de la independencia de 1895, acción que las autoridades eclesiásticas vieron como un claro ejemplo de las intenciones de grupos civiles de eliminar el aspecto religioso. Aunado a ello, estos textos mencionaron acciones concretas que demostraban el accionar gubernamental en contra de la Iglesia católica en general, como la prohibición de la enseñanza de la religión en las escuelas públicas y el control de la presencia de congregaciones religiosas en el territorio nacional. Estos reclamos estuvieron acompañados de acciones para reafirmar la presencia del aspecto religioso como la reproducción del Acta de jura independencia de Alajuela y la del 15 de septiembre de 1821 en Guatemala, con el fin de destacar aquellos artículos que especificaron el vínculo entre lo religioso y lo civil, y aclarar que la independencia no supuso la eliminación de la fe católica ni de sus prácticas.

Los reclamos católicos sobre la limitación de la presencia religiosa en los actos de celebración tenían como objetivo dejar en claro que la participación de las autoridades eclesiásticas significaba también la participación de Dios en estos eventos. Este argumento sostuvo que las celebraciones debían contar con un espacio de agradecimiento a Dios, puesto que la independencia se había consolidado gracias a la sabiduría que Él les otorgaba a las personas para accionar de la manera correcta. Las publicaciones fueron claras en establecer un vínculo entre el proceso de independencia y la voluntad de Dios, por medio de las acciones de los hombres, por lo cual debía existir una presencia eclesiástica en las fiestas.

Aunado a ello, el vínculo entre las autoridades eclesiásticas y los gobernantes estuvo marcado por los ideales liberales de la época, que tanto la Iglesia como estas autoridades civiles asociaron con el orden y el progreso de las naciones. Las publicaciones católicas incluyeron temáticas relacionadas al patriotismo, bienestar, civilización o heroísmo, conceptos liberales que estaban presentes en los discursos políticos en América y Europa. Estos textos resaltaron ideas asociadas a acciones económicas o políticas que debían desarrollarse con el fin de que los pueblos alcanzaran el orden y el progreso. Las publicaciones de la cúpula católica mencionaron la importancia del trabajo en conjunto entre ambos poderes, puesto que daría como resultado el orden y el progreso esperado por los gobernantes, el poder eclesiástico y los habitantes. Lo anterior fue respaldado por figuras del poder civil, como las declaraciones realizadas por Cleto González Víquez sobre las relaciones entre la Iglesia y el gobierno, al afirmar que el:  

    "…interés que todos tenemos en que el pueblo sea de una alta moralidad nos obliga a estimular el sentimiento religioso, que es el mejor medio de implantarla entre las multitudes; sin que de otro lado podamos olvidar que, cualesquiera que sean las convicciones de los que mandan, el pueblo costarricense es católico sincero en su inmensa mayoría" (González, 1928, s.p).

Las publicaciones oficiales católicas dejaron claro que las autoridades eclesiásticas no estaban dispuestas a renunciar a su presencia en los actos de celebración de la fiesta patria. Los reclamos católicos pretendían demostrar el innegable vínculo de la independencia con la voluntad divina y, consecuentemente, el deber patrio de otorgar un espacio de agradecimiento a Dios en los festejos, por la libertad que supuso convertirse en una nación independiente. La jerarquía católica compartía las intenciones de orden y progreso de las autoridades, mientras estas no limitaran la participación católica en la esfera social y política.

Mariana Blanco Ortiz y José Aurelio Sandí Morales
Escuela de Historia, Universidad Nacional

Comentarios

Artículos más leídos durante el último mes

La Iglesia de las Ánimas de San José (II)

2. Convento de frailes capuchinos: Efectivamente, en algún momento del año 1949, Mons. Sanabria debió de acordar con los Padres Capuchinos la cesión a estos del terrero donde se enterraron las víctimas de la epidemia del cólera de 1856. Así, sabemos que el 2 de enero de 1950 Mons. Sanabria escribe al P. Valenciano informándole del próximo establecimiento de los Padres Capuchinos en San José, “precisamente en el sitio que fue Cementerio del Cólera, en donde ellos además de fijar su residencia habrán de construir la Iglesia o Capilla de Ánimas que fue el objeto para el cual fue donado aquel terreno. Estoy seguro de que este informe habrá de ser de su pleno agrado, no solo porque ya se ve próxima una solución al problema de la construcción de la iglesia de las Ánimas, sino también porque aquel vecindario aprovechará no poco de los ministerios de los Padres” . Ese mismo día contesta el Padre Valenciano a Mons. Sanabria felicitándole por su decisión. El 14 de abril de 1950 desde Car

La iglesia de las Ánimas de San Jose (I)

El presente trabajo trata de señalar los principales hitos de la Historia de la Rectoría Preciosísima Sangre de Cristo , más conocida como Iglesia de las Ánimas, dada su importancia para la ciudad de San José y su estrecha relación con los orígenes de la actual sede del Archivo Histórico Arquidiocesano “Monseñor Bernardo Augusto Thiel”. La Iglesia de Las Ánimas, ubicada en la Avenida 10 de San José, es un hito urbano de la capital josefina, por su ubicación actual en una de las principales entradas a la ciudad y junto a los principales cementerios de la misma y por erigirse sobre el solar del antiguo Cementerio del Cólera , en el que fueron enterrados los afectados por esa epidemia en el año 1856 a raíz de la Campaña Nacional contra William Walker. La investigación se ha hecho a partir de las fuentes documentales existentes en el Archivo Histórico Arquidiocesano. Por ello sus conclusiones podrían verse matizadas a partir de la consulta de otros acervos documentales. Se ha co

Semana AHABAT 2024: Talleres para investigadores

 La semana del 11 al 15 de noviembre tendremos la Semana AHABAT 2024: Talleres para investigadores , durante la cual el personal del archivo ha organizado distintas actividades formativas para nuestros usuarios y demás personas interesadas en consultar los fondos documentales de este archivo. Programa de la Semana AHABAT 2024 Ya son afortunadamente varias las ediciones que hemos podido organizar de esta Semana AHABAT . En el 2019, para conmemorar la inauguración del actual edificio del archivo (13 de noviembre de 2000), organizamos unos talleres presenciales, mientras que en los años 2021 a 2023, la Semana AHABAT  se desarrolló de forma íntegramente virtual, por medio de videoconferencias   que se retransmitieron en Facebook Live.  Este año hemos optado por un formato mixto, con las siguientes tres actividades: - Conferencia inaugural : Enlazando historias desde lo diocesano a lo civil , a cargo de Laura Quesada Ramírez, jefa del Archivo del Registro Civil ( Facebook Live , 11 de novie

¿Cuándo se fundó en Cartago la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario?

La Cofradía del Rosario de Cartago se fundó en 1577. Al menos así suele afirmarse en la historiografía costarricense. La fecha proviene de los Datos Cronológicos para la Historia de Costa Rica publicados por el obispo Bernardo Augusto Thiel en la revista Mensajero del Clero entre 1896 y 1901 y reeditados en 1983 por la Comisión Nacional de Conmemoraciones Históricas y en 2002 por la Conferencia Episcopal de Costa Rica (CECOR). En el punto 113 de su obra, Thiel dice: 1577. Según un documento de 20 de Junio de 1677 se fundó en 1577 en la Iglesia parroquial de Cartago la cofradía de N. Señora del Rosario (Thiel, 2002, p. 41). El mismo dato lo repiten Víctor Sanabria en su Reseña Histórica de la Iglesia en Costa Rica , publicada póstumamente en 1984 (y más recientemente en 2014, en esta segunda ocasión acompañada de un extenso aparato de notas a cargo de Fernando Alberto Vílchez Campos, pp. 158-159); y Carlos María Campos Jiménez en su trabajo Devociones populares. Introducción a su est

Los archivos personales de Bernardo Augusto Thiel y Juan Gaspar Stork

El Archivo Histórico Arquidiocesano de San José conserva, entre sus numerosos fondos documentales, algunos de carácter personal, es decir, conjuntos de documentos producidos o recibidos por un individuo en el ejercicio de su actividad privada, que en nuestro caso proceden de personas ligadas a la Iglesia, especialmente sacerdotes y obispos. Son, por ejemplo, los fondos de los obispos Ignacio Trejos Picado y Antonio Troyo Calderón y del sacerdote Juan de Dios Trejos Picado, entre otros que podríamos citar.  Estos fondos personales, en nuestro archivo, se caracterizan por su reducido volumen y, en algunos casos, por encontrarse sus documentos, o haberse encontrado hasta ahora,  mezclados con los documentos de carácter oficial propios de las actividades de sus creadores en la Arquidiócesis de San José.  Por eso, este año nos hemos dado a la tarea de iniciar la identificación, organización, descripción e instalación de los documentos personales de los obispos de San José, trabajo que ya ha