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Reseña del primer libro de bautismos de Cartago

El libro número 1 de bautismos de la parroquia de Cartago (inicialmente Santiago Apóstol, desde 1925 Nuestra Señora del Carmen y desde 2005 catedral de la nueva diócesis) es actualmente un libro de 141 folios, conservado en el Archivo Histórico Arquidiocesano, que contiene los bautismos administrados por los curas de la Parroquia de Santiago Apóstol de la ciudad de Cartago, o por sacerdotes delegados, entre 1594 y 1680. Pero esta sencilla descripción es, en realidad, un tanto engañosa, pues el libro en su estado actual encierra una cierta complejidad que conviene desentrañar hasta donde sea posible, para poder comprender y valorar la información que el libro nos proporciona.

Lo primero es hacer un repaso de su larga historia. Los documentos que hoy componen este libro debieron de permanecer en la parroquia de Cartago hasta 1850. Ese año, el archivo de la antigua vicaría de Cartago, que había dejado de existir al crearse ese mismo año la Diócesis de San José de Costa Rica, fueron entregados al catedrático José María García para que éste procediera a su ordenación e inventario. Aunque la tarea de este catedrático quedó inacabada, el archivo de la vicaría fue entregado a las nuevas autoridades diocesanas el 5 de octubre de 1852. Según testimonio recogido por el arzobispo (y gran investigador) Víctor Sanabria, en esta entrega del archivo de la vicaría se incluyeron los libros sacramentales más antiguos de la parroquia de Cartago, entre ellos las partidas de bautismo que actualmente conforman el libro 1 de bautismos.

Monseñor Sanabria nos ofrece la mejor descripción de los libros sacramentales antiguos de Cartago, tal y como se encontraban en el archivo de la Curia Metropolitana (actual Archivo Histórico Arquidiocesano) en los años de 1940. En su introducción a las Genealogías de Cartago hasta 1850, presentada inicialmente por su autor como trabajo de ingreso a la Academia Geografía e Historia de Costa Rica en 1949, clasifica los libros de bautismo de Cartago hasta 1850 en tres grupos:

  • Los dos primeros legajos los denomina extravagantes, porque son hojas o pliegos no encuadernados o cosidos sin orden: Según su descripción, el primero comienza en 1594 y con muchas lagunas llega hasta 1625; mientras que el segundo legajo va de 1637 a 1647, también con lagunas.
  • A continuación, distingue un grupo de 18 legajos, no empastados pero sí encuadernados, numerados del 1 en adelante. El primero de estos legajos va de 1663 a 1678, el segundo de 1678 a 1695 y así sucesivamente hasta 1801.
  • Finalmente, 11 libros, bien encuadernados y empastados, de 1801 a 1850, igualmente numerados del 1 en adelante.

Décadas después, los primeros bautismos de Cartago fueron microfilmados por la Sociedad Genealógica de Utah (hoy FamilySearch). De las imágenes resultantes, tomadas el 3 de diciembre de 1980, podemos ver que en esa fecha al menos los tres primeros legajos que describió Sanabria (los dos extravagantes y el primero de los encuadernados) fueron incorporadas en un mismo libro al que ya por entonces se había numerado como el primer libro de bautismos de la parroquia. Este nuevo primer libro se encontraba por entonces protegido por unas tapas de cartón rígido, de forma similar a como se hizo con otros muchos libros de sacramentos, y en mal estado de conservación. Las imágenes de esta microfilmación pueden verse en FamilySearch.

A inicios de la década siguiente (entre 1993 y 1994), el libro fue íntegramente restaurado en el Archivo Nacional. Recibió entonces una excelente encuadernación, pero vio muy alterado el orden de sus folios, respecto tanto del libro que se microfilmó en 1980 como de la descripción realizada por Sanabria cuarenta años antes, de forma que, por ejemplo, los bautismos más antiguos quedaron encuadernados hacia el final del libro.


Encuadernación del libro restaurado en el Archivo Nacional de Costa Rica


Este es el libro que actualmente conservamos en el Archivo Histórico Arquidiocesano, resultado por tanto de distintas vicisitudes a lo largo de sus 400 años de vida. Para poder enterderlo cabalmente, es necesario hacer algunas precisiones sobre su contenido.

Empecemos por las partidas más antiguas, fechables entre 1594 y 1602, comentando de ellas dos aspectos. En primer lugar, no son las partidas originales, sino una copia certificada realizada el 19 de junio de 1602 por Lucas Cordero, sacristán mayor de la parroquia, y por el bachiller Lope de Chavarría, cura de la misma, a partir de un libro que en ese momento ambos tenían a la vista, libro que no se ha conservado.

En segundo lugar, llama la atención el bajísimo número de partidas:

  • 2 partidas sin fecha, anteriores a 1595 (por comodidad, es usual fecharlas en 1594, aunque en realidad en la primera solo consta el día y en la segunda, el día y el mes).
  • 2 partidas de 1595.
  • 24 partidas de 1599.
  • 1 partida, como las iniciales, sin fecha, pero fechable entre 1600 y 1602.

El documento se cierra con la certificación de todas las partidas copiadas, por el sacristán mayor y el cura beneficiado de la parroquia.

Se trata por tanto del final de la copia de un libro que se había iniciado antes de 1595 y que por desgracia no ha llegado hasta nosotros. Con excepción de 1599, los demás años parecen estar muy incompletos.


Copia certificada de las partidas de 1594-1602 (19 de junio de 1602)


 Décadas después, en 1637, el cura Baltasar de Grado recurrió nuevamente a copiar las partidas de un libro que en ese momento, por estar muy afectado por la humedad, no se podía escribir en él, asentando y certificando seis partidas que él había encontrado firmadas por su antecesor, Lope de Chavarría.

Parece por tanto que, quizás, Lope de Chavarría en 1602 y, con más seguridad, Bastasar de Grado en 1637 recurrieron a una solución que he visto también en fechas más recientes: la copia certificada de partidas sacramentales en mal estado. Esto último podría explicar el carácter incompleto de los registros de 1594-1602.

A partir de la copia certificada de 1602, se suceden las partidas de bautismo de Lope de Chavarría y de otros curas párrocos de Cartago (Baltasar de Grado, Domingo de Echavarría…), junto con numerosas partidas de bautismo de sacerdotes que actuaron por delegación de los primeros (Gáspar de los Reyes, Sebastián Sánchez, Juan Díaz de Rivera, Alonso de Sandoval, Gaspar Cascante de Rojas, Agustín de Torres, Francisco de Chavarría Navarro, José de Lumbide, Marcos Machado, entre otros sacerdotes diocesanos, junto con algunos religiosos del convento de San Francisco).

Vamos a enumerar a continuación los distintos curas párrocos que se mencionan en las páginas del primer libro de bautismos de Cartago y los años en los que dicho cura o un sacerdote delegado aparecen firmando las partidas de bautismo:

  • Bachiller Lope de Chavarría: En distintas partes de libro, firma partidas de 1602 a 1610, en 1616 y en 1618. Lope de Chavarría, por cierto, firma una de las partidas de 1599, de acuerdo a la transcripción que él mismo certificó en 1602.
  • Baltasar de Grado: 1618-1622, 1625.
  • Cristóbal Guajardo: 1625.
  • Baltasar de Grado nuevamente: 1637-1641.
  • Baltasar de Castro: 1641-1647.
  • Domingo de Echavarría: 1664-1674. Delegó con frecuencia en distintos sacerdotes, especialmente en Gaspar Cascante de Rojas, Agustín de Torres y Francisco de Chavarría Navarro. Éste último actuó como su teniente desde 1666. En conjunto, las partidas de este periodo suponen aproximadamente la mitad de las contenidas en el libro.
  • A partir de 1675, vemos la actuación de varios sacerdotes, una vez fallecido Domingo de Echavarría a finales de 1674 o inicios de 1675: Primero el visitador general, quien como cura interino firma tres partidas en marzo de 1675, seguido por José de Lumbide, Gaspar Cascante de Rojas, Francisco de Chavarría Navarro, Francisco de Ocampo Golfín y Agustín de Torres. Los tres últimos, en distintos momentos desde 1675, aparecen como curas beneficiados de la parroquia. Precisamente a partir de 1675 (y hasta 1738) la parroquia de Cartago tuvo dos curas simultáneamente, uno de ellos para atender Cartago y el otro los valles. De este periodo tenemos partidas de 1675, 1676, 1678 y 1680.

De esta enumeración podemos extraer una primera conclusión: No hay continuidad en la serie de partidas de bautismo entre 1602 y 1680, solo tenemos algunos años y no todos completos: 1602-1610, 1616, 1618-1622, 1625, 1637-1647, 1664-1676, 1678, 1680. Según esto, podríamos suponer que conservamos aproximadamente el 50 % de las partidas bautismales de este periodo.


Firma de Domingo de Echavarría en una partida de 20 de diciembre de 1604.


Pero quizás conservemos incluso algo menos. Los curas de Cartago, sobre todo en la primera mitad del siglo, parece que con frecuencia anotaron de forma separada a los españoles y a todos los demás (indios, mestizos, negros, mulatos), es decir, en cuadernos o en hojas distintas.

Esta práctica ya fue comentada por Bernando Augusto Thiel en sus Datos cronológicos para la Historia eclesiástica de Costa Rica, quien afirma que hasta 1673 se llevaron simultáneamente dos libros, uno para españoles y otro para los demás, y por el propio Sanabria en la citada introducción y se observa en el hecho de que durante la primera mitad del siglo XVII son frecuentes los folios en los que exclusivamente o casi se inscribieron personas bien de origen indio, mestizo, negro y mulato, bien de origen español.

Sobre esto considero que no hay completa certeza para toda la primera mitad del siglo XVII , pero la observación es segura en los bautismos de Baltasar de Grado a partir de 1637 y en los de Baltasar de Castro (1641-1647):

Las partidas de 1637 a 1640, del periodo de Baltasar de Grado como párroco de Cartago, son casi en su totalidad de indios, negros, mestizos y mulatos, con la única excepción de dos españoles anotados en 1638 y algún niño abandonado por sus padres (hijo de la iglesia). Son 11 partidas de 1637, 32 de 1638, 49 de 1639 y 46 de 1640.

Incluso, las partidas firmadas por Baltasar de Grado en 1637 están tituladas como [Lib]ro de baptismos de yndios y de m[…]. El texto que sigue a este título está conservado solo parcialmente y por eso es de difícil comprensión, pero parece que las seis primeras partidas que anota a continuación proceden, como se dijo más arriba, de un libro que encontró en mal estado y estaban firmadas por Lope de Chavarría.

A partir de 1641, el cura fue Baltasar de Castro, quien siguió con la misma costumbre de anotar a ambos grupos por separado. De este periodo se conservan partidas de españoles de los años 1641 a febrero de 1644 (dentro de éstas, se incluyo a un mulato en el asiento número 17 de 1643) y de agosto de 1644 a enero de 1646; y de indios, negros, mestizos y mulatos, de 1643 a julio de 1644 y de agosto de 1645 a julio de 1647. Todas ellas, ciertamente, en folios distintos pero parcialmente mezclados y desordenados en la encuadernación actual.

En las partidas de 1594-1602 y durante el primer cuarto del siglo XVII parece que con frecuencia se siguió la misma práctica de anotación separada, pero no siempre o al menos no puede afirmarse con seguridad en todos los casos.

Por tanto, del periodo 1594-1647 conservamos partidas de varios años, pero en ocasiones esas partidas no se refieren a todos los grupos sociales.

En la administración de Domingo de Echavarría se abandonó la mencionada costumbre y en adelante todos los bautizados fueron anotados unos a continuación de otros.


Inicio del libro de bautismos de indios (1637)


Junto a todo lo anterior, hay varias circunstancias más que deben tenerse en cuenta.

Por un lado, puede existir cierta discrepancia entre el lugar y fecha de la inscripción y el lugar y fecha del nacimiento. En cuanto a la fecha, muchos de los que aparecen inscritos en realidad habían nacido y habían sido bautizados uno o dos años antes y, posteriormente, fueron inscritos al completarse las ceremonias del óleo y el crisma. Entre otros muchísimos, es el caso de Manuel, hijo del maestre de campo don José de Sandoval y de doña María Ramiro, a quien Domingo de Echavarría puso oleo y crisma el 12 de mayo de 1664, habiéndolo bautizado el mismo cura un año y ocho meses antes. Los ejemplos podrían multiplicarse fácilmente.

Además, debe tenerse en cuenta que la parroquia de Cartago, durante más de 100 años, atendió todo el Valle Central (con la relativa excepción de los pueblos de indios). Por ello, puede caber la duda sobre el lugar de residencia real de algunas personas inscritas en este libro y de hecho en ocasiones se menciona que son de Barva, de Turrialba y de otros pueblos de indios.

Por lo demás, la información que ofrecen estas partidas es muy escueta y puede resumirse en los siguientes elementos:

  • Fecha del bautismo.
  • Nombre del sacerdote o sacerdotes que intervienen.
  • Nombre del bautizado y de sus padres, padrinos y testigos. En ocasiones puede aparecer el cargo (Manuel de Flores, escribano de gobernación).
  • En ocasiones, la relación de dependencia del bautizado y sus padres con otra persona (del servicio de…, esclava de…: por ejemplo, el 8 de septiembre de 1640, el bautismo de Juan, negro, hijo de Inés, esclava de doña Isabel Cardoso; o el dieciseis de ese mismo mes, el bautismo de Laurencio, indio, hijo de Bent[…] y de Luisa, indios del servicio de Baltasar de Ortega; y el 26 de septiembre, Magdalena, hija de Catalina, india del servicio del mismo Baltasar de Ortega).

Muy ocasionalmente, la monótona sucesión de inscripciones bautismales se interrumpe con algún hecho excepcional, como una sobria nota rubricada testimoniando la revisión de las partidas en la visita canónica (la primera de ellas, la de Diego Gaitán el 7 de marzo de 1603, con ocasión de la primera visita pastoral a Costa Rica), algunos dibujos contemporáneos a las partidas (concretamente, un rostro dibujado en el margen superior de los bautismos de 1599 y otros tres sobre las partidas de 1603), una anotación marginal de Víctor Sanabria realizada el 17 de junio de 1930 y, sobre todo, el bautismo (bajo condición, dado que se desconocía si anteriormente había sido bautizado) de un inglés, quien previamente se reconciliaba con la Iglesia, delante de todos los vecinos, a la puerta de la iglesia parrochial. En este libro tenemos cuatro bautismos de este tipo:

  • Francisco y Pedro (antes, Guillermo y Roberto), el 26 de noviembre de 1667.
  • Joan Matías (antes, Guillermo), el 28 de agosto de 1673.
  • Tomás, el 16 de abril de 1675.

No constan otras reconciliaciones semejantes en libros posteriores, al menos Sanabria no las señala en su introducción a las Genealogías de Cartago.


Bautismo de Joan Matías, inglés (28 de agosto de 1673).


Finalmente debe mencionarse que el estado de conservación del libro es muy desigual. Buena parte de los textos de las partidas se encuentran íntegros o con faltantes de menor importancia, pero en no pocos se han perdido fechas y nombres de forma irremediable.

En resumen, podemos resaltar varias conclusiones:

El actual primer libro de bautismos de Cartago fue conformado antes de diciembre de 1980 por la unión de los dos legajos extravagantes mencionados por Monseñor Sanabria y, al menos, por el primer legajo encuadernado. Este primer libro presenta algunas limitaciones para su adecuado aprovechamiento como fuente histórica, especialmente los notorios faltantes en cuanto a partidas (pues faltan bastantes años y de algunos otros solo tenemos partidas de españoles o de los demás grupos sociorraciales) y en cuanto a texto de algunas de las partidas conservadas. Pese a todo, considero que estos primeros bautismos de Cartago tienen un valor insustituible, como fuente de conocimiento y como testimonio de la sociedad que se fue conformando en Cartago y en todo el Valle Central desde finales del siglo XVI.

Precisamente el interés de estas partidas sacramentales ha llevado a algunos investigadores a publicar su contenido, para facilitar su consulta por todas las personas interesadas. Así, quien suscribe publicó en 2016, en la Revista del Archivo Nacional, el texto íntegro de la copia certificada de las partidas de 1594-1602 y Mauricio Meléndez Obando, en el número de 2020 de la Revista de la Academia Costarricense de Ciencias Genealógicas, el extracto de todas las partidas hasta 1625.

 

Bibliografía

Durand Baquerizo, Pablo (2016). Las primeras partidas de bautismo de Cartago. Revista del Archivo Nacional, 80 (1-12), 119–128. Recuperado a partir de https://www.dgan.go.cr/ran/index.php/RAN/article/view/66

Durand Baquerizo, Pablo (2020). Orígenes del Archivo Histórico Arquidiocesano Monseñor Bernardo Augusto Thiel. Sus antecedentes hasta 1983. Revista del Archivo Nacional, 84 (1-12), 72–127. Recuperado a partir de https://www.dgan.go.cr/RAN/index.php/RAN/article/view/485

Meléndez Obando, Mauricio (2019). Los bautizos más antiguos de Cartago (1595-1625). Revista de la Academia Costarricense de Ciencias Genealógicas, 55, 291-350.

Sanabria Martínez, Víctor (1957). Genealogías de Cartago hasta 1850. Tomo I. San José: Academia de Geografía e Historia de Costa Rica.

Sanabria Martínez, Víctor (2014). Reseña histórica de la iglesia en Costa Rica desde 1502 hasta 1850 (apuntamientos históricos). San José: EUNED.

Thiel, Bernardo Augusto (2002). Datos cronológicos para la Historia eclesiástica de Costa Rica. San José: Ediciones CECOR.



Pablo Durand Baquerizo

Jefe Archivo Histórico Arquidiocesano

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